Osteoartritis en gatos: cómo detectar y cuidar esta enfermedad silenciosa

 Osteoartritis en gatos: cómo detectar y cuidar esta enfermedad silenciosa

La osteoartritis, también conocida como artrosis, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta a felinos, sobre todo mayores de 6 años, y causa dolor, rigidez y reducción en su movilidad

Los signos suelen ser sutiles dado que los gatos tienden a ocultar su dolor. Entre los más frecuentes se incluyen:

  • Disminución en su actividad diaria y reluctancia a saltar.
  • Dificultad para moverse, rigidez tras descansar o leve cojera.
  • Cambios en la higiene personal, pelaje desaliñado o abandono de la caja de arena.
  • Pérdida de masa muscular e irritabilidad.

Se estima que más del 90 % de los gatos mayores de 12 años presentan signos radiográficos de osteoartritis, aunque solo cerca del 50 % manifiestan síntomas evidentes.

Causas de la osteoartritis en felinos
La enfermedad puede ser:

  • Primaria, por desgaste natural debido a la edad.
  • Secundaria, por trauma, sobrepeso, malformaciones articulares o enfermedades ortopédicas congénitas como displasia de cadera.

Las articulaciones más afectadas suelen ser caderas, codos, columna y, en menor medida, rodillas, tobillos y hombros.

Diagnóstico veterinario
Se basa en:

  1. El historial clínico y examen físico.
  2. Estudios por imágenes como radiografías, que identifican desgaste articular.

Opciones de tratamiento y alivio
Aunque no tiene cura completa, sí se puede tratar:

  • Medicación para el dolor: AINEs específicos para gatos con supervisión veterinaria, y nuevos tratamientos como anticuerpos monoclonales (ej. Solensia).
  • Suplementos nutricionales: glucosamina, condroitina, omega‑3.
  • Control de peso: reduce la carga articular.
  • Fisioterapia y ejercicio suave: ayudan a mantener función y masa muscular.
  • Modificaciones en el hogar: rampas, camas ortopédicas, bandejas de aseo de fácil acceso.
  • Terapias complementarias: masaje, acupuntura o láser, según recomendación médica.

Prevención y cuidados continuos
La detección temprana es fundamental. Observar comportamientos inusuales, como menor actividad o dificultad para acceder a recursos, permite actuar oportunamente mediante ajustes veterinarios o ambientales .

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