Banco Central aplica agresiva alza de tasa y da señal de que en el corto plazo llegaría a un 6,5%
Expectativas de inflación desancladas de la meta de 3% incluso más allá del horizonte de dos años, alzas generalizadas en canasta del IPC y mayor precio de los combustibles están detrás de la decisión.
El Consejo del Banco Central sorprendió al mercado elevando la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 150 puntos bases, desde 4% a 5,5%, por sobre las previsiones del mercado que apuntaban a incrementos de 100 a 125 puntos base. Aunque el comunicado informando de la unánime decisión fue más escueto de lo acostumbrado, el BC entregó una señal explícita de una política monetaria más contractiva. Indicó que en el corto plazo la TPM se ubicaría en torno al borde superior del corredor de tasa considerado en el último IPOM. El techo de ese corredor apunta a un 6,5% y desde ya algunos analistas prevén que se situará en ese nivel en marzo próximo.
La evolución reciente de la actividad y de la inflación se ubica algo por encima de lo previsto en el IPOM de diciembre y las presiones inflacionarias derivadas del escenario internacional han aumentado’, señaló la institución. El comunicado no dice mucho, es más bien factual, pero da un mensaje potente al plantear la trayectoria de la política monetaria, por lo que prevemos que rápidamente llevará la tasa a un 6,5% en marzo’, dice Sergio Lehmann, economista jefe del BCI. Y en el IPOM de marzo evaluaría cuáles pueden ser sus siguientes movimientos. En opinión de Felipe Jaque, economista jefe del Grupo Security, después de marzo, en las siguientes reuniones la TPM llegaría a 6,75% y 7%. Aún más allá, la perspectiva de LarraínVial es que tras el actual incremento vengan dos alzas adicionales de 150 puntos base cada una, con lo cual la tasa estaría en un 8,5% en junio próximo, momento en el cual se frenaría el proceso de restricción de la política monetaria y la tasa de interés real pasaría a terreno positivo, señala el informe de Leonardo Suárez, director de Estudios de la corredora.
El Consejo consideró que ‘los riesgos para la evolución de la inflación siguen siendo significativos y su eventual concreción se torna especialmente relevante en un contexto en que tanto la variación anual del IPC como sus perspectivas ya son elevadas’. En 2021 la inflación anual cerró en 7,2% superando la proyección del IPOM y las expectativas del mercado.
Los consejeros hacen ver que el alza de los precios fue generalizada en la canasta del IPC. En el componente volátil continuó destacando la contribución de los combustibles y otros ítems puntuales. Además, las expectativas privadas de inflación permanecen sobre 3% a dos años plazo, indica el comunicado. Tema este último al que los analistas asignan especial relevancia. Jorge Selaive, economista jefe de Scotiabank Chile, estima que la principal razón que sustenta la decisión del BC es ‘el histórico y gravísimo desanclaje de expectativas inflacionarias que ha estado in crescendo en los últimos tres o cuatro meses. A dos años plazo las expectativas están cerca de 4% en las encuestas y a tres años plazo, sobre 3%’.
En estas circunstancias, considera que no le cabe otra reacción a la autoridad monetaria que mover rápidamente la TPM a un terreno contractivo, tomando una posición agresiva hacia delante.
Si no se desacelera la inflación en la canasta del IPC en enero y febrero, tendría que seguir moviéndose con la misma agresividad de ayer, dice el analista. Para Rodrigo Aravena, economista jefe del Banco de Chile, la variable clave tanto en la magnitud como en la sorpresa de la decisión está relacionada con el desanclaje de expectativas.
Si no tuviésemos expectativas sobre 3% (en el horizonte de dos años), tanto en las encuestas como en los precios de mercado, el aumento de la tasa habría sido menor. ‘Hay una intención del BC de seguir subiendo la tasa de interés más allá de lo que espera el mercado, porque la primera tarea de la política monetaria es volver a anclar las expectativas a la meta de 3% de inflación en el horizonte de dos años’, indica. Aravena piensa que esta será la última alza de tasa de 150 pb y como en términos nominales ya está en niveles contractivos. ‘Creo razonable pensar que vamos a entrar en la última fase del proceso de normalización de tasas con magnitudes más pequeñas, del orden de 75 pb en la próxima reunión’.
Efectos en el mercado
Sobre los efectos en el mercado, la economista jefe de Tanner Inversiones, Claudia Sotz, anticipa que hoy el peso debería apreciarse por efecto del sesgo más agresivo del BC. No obstante, dicha tendencia podría ser contenida por el mensaje con sesgo contractivo de un alza en la tasa de la Reserva Federal para marzo próximo. Eso debería llevar a una apreciación global del dólar, con lo cual la apreciación del peso se vería neutralizada, coincide Lehmann.
No solo la Reserva Federal va a subir la tasa, sino que Jerome Powell anticipó que va a comenzar a vender bonos y eso está llevando a una apreciación del dólar, precisa. La reacción esperada para las tasas de mercado es un aumento en las tasas nominales de corto plazo y en las tasas en UF de corto plazo algo más contenidas, dice Sotz. Aravena apunta a las tasas nominales de depósitos y ahorro de corto plazo que deberían estar más presionadas que las tasas en UF porque con lo que se está viendo en Chile y en el mundo, es razonable que los inversionistas busquen algún refugio, aunque sea transitorio, de inflación.
El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Antonio Errázuriz, planteó en un comunicado que el alza de la TPM, aunque necesaria, se va a traducir en créditos hipotecarios más caros y en mayores costos para financiar proyectos de inversión, limitando el desarrollo de los sectores productivos, la creación de empleo y el crecimiento de la economía. Cuando se configura un marco de más inflación, menos crecimiento económico y TPM contractiva, las tasas de corto plazo suben más que las de largo plazo, explica Aravena, por lo que en algunos meses más no debiera extrañar que se invierta la curva, con tasas de interés de corto plazo más altas que las de largo plazo, lo cual es el anticipo de una recesión. Lehmann prevé un aumento en las tasas de corto plazo y también en las de largo plazo porque la señal del BC es bastante hawkish o contractiva, por lo que debería haber un movimiento en toda la curva, sostiene.